lunes, 28 de febrero de 2011

Matar o no matar he ahí la cuestión...

En la partida de Anima de esta semana he matado a uno de mis jugadores.

Llevaba un convocador humano llamado Ryuthan del mismo nivel que el resto del grupo, Lv.1. Tenia a su disposición 2 criaturas, una especie de armadura animada a la que llamaba Guardián que además era su familiar y un lobo que generaba electricidad por sus garras.
Sus compañeros de "desventuras" son un Clérigo de Ciel que hace las veces de tanque llamado Mikael Preston y una hechicera élfica llamada Reiven, experta con los conjuros de Teletransporte y Volar (son los únicos que suele usar xD). Reiven tiene como familiar a una Sheele de Oscuridad llamada Noah, algo arrogante y orgullosa y con ligeras tendencias cleptómanas que tiene como hobby putear a su dueña y por extensión al resto del grupo, así como el sueño de amasar una fortuna con la que construirse una ciudad a escala en el ático de la casa de Reiven.

Bueno, siguiendo con los hechos, los PJs se encontraban en la guarida que un Gorax había establecido en una fortaleza abandonada que estaban explorando (estoy dirigiéndoles el módulo Witchfire de Reinos de Hierro). Tras pensarse mucho si entrar en la sala o no, el convocador ve algo brillante en el agujero que el ser usaba como cama y lugar de comida y al acercarse ve q se trata de una gema. Se pone a rebuscar y encuentra 4, hasta q finalmente, sin previo aviso, el gorax vuelve por un túnel y al verse el percal (gente en su casa y róbandole) entra en estado berserker lanzándose contra el ladrón.

Del primer golpe lo dejó a -3 PV, cayendo al suelo inconsciente. Con el segundo le rebentó la cabeza contra el suelo. Sus compañeros, acojonados por lo que acababa de pasar hicieron lo que todo PJ haría en un caso así. Reiven, la hechicera, teleportó hasta ella la mochila del recién fallecido convocador y salieron a toda leche escaleras arriba huyendo del Gorax que seguía entretenido descuartizando al que quería robarle sus "piedras bonitas".

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